KEVIN ROBLES | COMPONIENDO MÚSICA PARA UNA PELÍCULA GANADORA DE CANNES
- Luis Guevara
- Jun 2, 2022
- 2 min read
Updated: May 20
Bad Hombrewood: un documental, un score y una pregunta que sigue ardiendo en Hollywood
Hace una semana, bajo el cielo elegante y despiadado de Cannes, un documental con nombre incendiario y alma latina se llevó el premio a Mejor Documental de Cineastas Emergentes. El título: “Bad Hombrewood: Changing the Latinx Role in Hollywood”.
Un puñetazo suave pero certero a una industria que lleva décadas vendiendo estereotipos con sonrisa de oro. El director, Guillermo Casarín, no buscaba respuestas cómodas. Se hizo una pregunta simple, pero brutal: ¿Hay lugar para alguien como yo en el Hollywood de hoy? Y la buscó como deben buscarse las respuestas: con cámara en mano, tripas en la garganta y un equipo de latinos al hombro. Entre ellos, el compositor mexicano Kevin Robles, que no solo escribió la música del documental, sino que se convirtió en su latido.
Bad Hombrewood no es una queja. Es una conversación necesaria. Es una serie de voces—directores, actores, creativos—que ya no quieren aceptar los papeles de narco, criada o comic relief. Entre los entrevistados están Guillermo del Toro, Lee Unkrich (Toy Story 2, Coco), y Melissa Fumero, la brillante detective Amy Santiago de Brooklyn Nine-Nine.
Todos con algo que decir sobre la invisibilidad, el tokenismo, la verdad detrás del “progreso”.
Pero hay algo que elevó este documental más allá del discurso: su música.
A Kevin Robles le dieron una misión casi imposible: componer un score que fuera latino sin sonar a postal, que hablara desde dentro, sin maracas de utilería ni trompetas de caricatura.¿Cómo suena Latinoamérica sin cliché?
“La clave fue estudiar nuestras raíces, pero también nuestras diferencias. Entender qué hace única la música de Brasil, Colombia, México… y cómo unir todo sin borrar la identidad de nadie”, contó Kevin en entrevista para ABC Noticias.
Y lo logró. No con fórmulas, sino con sensibilidad.
Con historia.
Con oído.
Kevin nació en una familia migrante mexicana. Vivió buena parte de su vida en Monterrey, y luego se lanzó al crudo vértigo de la industria estadounidense. Sabe lo que significa no encajar. Sabe lo que duele y lo que empuja. Y ese dolor, esa nostalgia, esa resistencia, está en cada compás de su música.
La conexión con el equipo fue inmediata. Intuitiva. Como si todos supieran que estaban armando algo más grande que ellos. Y sí: terminaron ganando en Cannes.
Pero lo mejor de esta historia no es el premio.
Es la forma en que lo hicieron.
Sin filtros.
Sin miedo.
Con la convicción de que las historias latinas merecen ser contadas con dignidad, y con música que no suene a souvenir.
Kevin Robles ya tiene otros proyectos bajo el brazo. Puedes escuchar su trabajo en Divinity Streak (corto de Netflix), Toro de Oro (ganador a Mejor Score en el festival de cine independiente de Arizona) y Woodshedding.
Y si esto es apenas el inicio, entonces prepárense. Porque la próxima gran historia latina en el cine no va a sonar como antes.
Va a sonar como él.
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