Era un martes cualquiera, pero lo que no me esperaba era que ese día descubriría a una de mis nuevas bandas favoritas: Geese.
Todo comenzó con un mensaje de un buen amigo extendiéndome la invitación a un concierto en el Nodriza de una banda que no conocía. Hay personas en cuyos gustos musicales confías ciegamente, y mi amigo es una de ellas. Sabía que lo que me proponía iba a ser interesante, sí o sí. Me compartió el nombre de la banda neoyorkina, Geese, y me dijo que los conoció a través de un video del famoso YouTuber de música, Fantano, quien estaba emocionadísimo por su nuevo disco 3D Country, lanzado el año pasado. Según Fantano, es uno de los mejores discos que ha escuchado últimamente. Este sería el primer concierto de Geese en México.
Con curiosidad, me puse a escuchar 3D Country, y me engancharon inmediatamente con "2122", pero tengo que admitir que "I See Myself" se ha convertido en mi canción favorita del año. Este disco es tan bueno que merece su propia reseña aparte. Me familiaricé tanto con su música que ya reconocía los coros y riffs, y mi emoción por la noche creció.
Llegamos a Nodriza Estudio y el ambiente era acogedor. Me encontré con varios amigos inesperadamente. La banda abridora, Timothy La Moto Casco de Guadalajara, también debutaba en Monterrey. Intercambiamos algunas palabras con ellos en el stand de merch, y eran muy tranquilos y su merch estaba muy buena! Pero cuando subieron al escenario, su sonido era una explosión de fuzz y distorsión con riffs demoledores. Me tomó un momento entender por qué había tres guitarristas, pero pronto aprecié cómo repartían sus líneas de forma creativa. Con un sonido pesado, garage y psicodélico, me dejaron una gran impresión, consolidándose como una de mis nuevas propuestas mexicanas favoritas.
A las 10:15 pm, llegó el momento. Estaba a punto de ver en vivo a la banda con la que me había obsesionado ese mismo día. Para mí, un show en vivo es decisivo: puede que ame un disco, pero si la energía no se traduce al escenario, pierdo el interés. Comenzaron con un dueto de piano y voz, suave y casi contradictorio a lo que había escuchado en el álbum. La banda se fue sumando uno por uno, hasta que todo explotó en un estallido de energía.
Cada miembro tenía una presencia única. El baterista me recordó a Keith Moon, una fuerza imparable que sudaba solo de verlo. La guitarrista tenía una vibra increíble y su pedalera agregaba texturas perfectas a las canciones. Terminó tan exhausta al final del concierto que se sentó por un rato en el piso con su guitarra. El tecladista, armado con una keytar, robó el show en el clímax, intercambiando lugar con el vocalista para un solo en el centro del escenario. El bajista, con un bajo zurdo precioso, tocaba con una precisión envidiable. Y el cantante... bueno, es igual de impresionante en vivo que en el disco. Su rango vocal es increíble.
Geese no solo cumplió mis expectativas, las superó. Salí del concierto con un póster autografiado bajo el brazo y una nueva banda favorita. Verlos en vivo no solo reafirmó la calidad de su música, sino que demostró que son una banda con una propuesta sólida y una ejecución impecable en el escenario. Su energía, talento y frescura han asegurado que seguiré su carrera muy de cerca. Monterrey fue testigo de algo especial esa noche, y sin duda, estamos ante una banda destinada a grandes cosas.
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